Buenas tardes amigos, aquí de nuevo con ustedes para hacerles una nueva entrega de mi libro Las Evasiones de Hilario Coba, el número uno perteneciente a la saga de cuatro: Relatos Oníricos de La Atascosa. Hasta aquí, habíamos quedado en el capítulo cuatro, La Visita; ahora les entregaré el quinto, titulado: Los Vecinos.
1.5 —Los Vecinos—
Recuerdan a la famosa Greta, “La
pandereta"…? Bueno, como ya es
sabido, su verdadero nombre era Andrómaca. El cual llevaba con gran altivez
aunque sin caer para nada en el más mínimo y fútil endiosamiento —a sabiendas
que además, era una artista consumada—, estando ella en conocimiento de que era
realmente bella; aunque sí, una regordetica mujer. Que cuando uno la observaba bien, claramente
quedaba expuesta ante nuestros sentidos como un personaje salido de las
sensuales telas del pintor colombiano Fernando Botero. Pero su verdadero orgullo
en realidad venía de la antigua Grecia, país de origen de su amada madre, la Sra.
Helena; quien le bautizó de tan significativa manera… Tal vez, como el
magnánimo tributo de su parte a las mujeres caídas con sus hijos y esposos, inocentes
ciudadanos de una gloriosa nación enemiga de la suya; cuando ambas se enfrentaron
en una dura y cruenta guerra durante diez largos años frente a las costas de la aguerrida
Ilión, también llamada Troya. Comandados los ejércitos defensores esa vez por
el eximio héroe de los teucros Héctor Priámida, domador de caballos; y, marido de aquella cuyo
nombre, serviría de inspiración a la progenitora de quien ahora, encabeza este
arbitrio… En momentos en que, tan emblemática ciudad caería hasta sus cimientos
quedando convertida en un horroroso infierno, bajo las masivas llamaradas de su
incendio; para beneplácito del belicoso y oportunista rey de Micenas, Agamenón Atrida, en representación
de todos los aqueos… Quien convertido en ese momento en un orate desquiciado, mandaba
a sus hombres a avivar el fuego y, gritaba de euforia a voz en cuello por la derrota enemiga;
pero de no ser por la participación de los dioses olímpicos a favor de los invasores,
quién sabe cuál habría sido el resultado.
En una de las
tantas visitas del circo de sus padres al pueblo de La Atascosa, Andrómaca
quedaría flechada por Cupido en beneficio del amor que desde siempre, le
profesara otro gran amigo mío; Felipe Gómez. Hermano por cierto, de Jesús (Chuíto)
Gómez y, por supuesto amigo también, de aquellos dos que yo les conté al
principio me acompañaban siempre al circo en las faenas de ventas de algodón de
azúcar, para costearnos las entradas al espectáculo. Félix Gamero al que
llamábamos "El Gato", y Argimiro
Varguillas.
La unión
matrimonial entre Andrómaca y Felipe en este pueblo sería famosa ya que sin
ellos saberlo al momento en que ocurrió, daría mucho de qué hablar en los años
venideros; razón por la cual además sería esto inevitable pues, su amor era tan
alocadamente intenso, que parecía no haber barreras que pudieran detenerlo, por
cuanto pasado el tiempo de todos modos un buen día, ineluctablemente se llevó a
cabo. No sin antes caer en agrias discusiones y rechazos por parte de su
familia, principalmente del lado de su hermano Viktor quien en un par de
ocasiones se cayó a puñetazo limpio con el pretendiente, resultando tablas
ambas trifulcas y, entonces la barbarie en cualquier caso, por suerte no llegó
a mayores. Estas refriegas e incómodas situaciones se dieron en los últimos
años, los dos previos para ser exactos, al décimo aniversario desde la primera
aparición del Gran Circo Albacora, en el pueblo de La Atascosa; década al cabo de
la cual quedaría marcado —aunque no para siempre pues, aún así, seguiría
viviendo de algún modo en los espectáculos de Greta; entonces en su propia
empresa, Gran Circo Volatineros—, el final de sus otrora exitosas
presentaciones en aquel pueblo, para entonces caer en desgracia.
Es que además
de los conflictos derivados de los amores de Andrómaca y Felipe, se venía
corriendo en los últimos años el rumor, de que el padre y el hermano de ella se
habrían visto en varias ocasiones en sospechosas reuniones furtivas al amparo
de la noche, en casa de dos personajes del pueblo tenidos como conspiradores que
actuaban en contra del gobierno democrático recientemente instalado. Estos
presuntos complotados según el populacho eran, uno el que tenía a cargo la
planta eléctrica, oscuro y taimado individuo bastante mayor presuntamente de origen
polaco, llegado al país bajo los auspicios del régimen anteriormente impuesto
mediante beneficio concedido a ciudadanos de origen europeo que supuestamente, vendrían a ayudar a los venezolanos con sus
conocimientos y experiencias; pero éste en particular ya habría tenido muchos
inconvenientes con los pobladores; al punto que ya no lo soportaban y, era
tenido como un soplón de la dictadura —que recién, acababa de caer—.
Respondía el hombre
al llamado de Etanislaus Luzinsky, alias “El Carnicero”. Todo, simplemente por pura intuición de la gente.
Principalmente por la forma tan despiadada en que solía sacrificar a los
animales que se comía, usando unos horribles golpes de machete sobre una tosca
mesa de madera al aire libre; y, una fea indumentaria que verdaderamente hacía
juego con la actitud que asumía durante tales sacrificios. Después cuando todo
sobre él llegó a saberse, decían en chanza por el pueblo que obedecía a ese
mote no precisamente por expender cortes de res sino ya
abiertamente, a modo de burla y, supuestamente además, por algunas bolas que de
vez en cuando también se dejaban correr; quién sabe cómo y por qué —situación desde la cual empezó a
ponerse nervioso—, acerca
de haber tenido una obscena participación durante la segunda guerra mundial en
lo que luego se dio en llamar: “El holocausto”.
Para
beneplácito de los pobladores un buen día este torvo personaje desapareció,
dicen que se habría ido con el circo cuyo dueño fue echado de la comunidad; y,
años después sería visto de nuevo, entonces por televisión, en que era
procesado en un juicio en Israel. Todos en el pueblo quedaron sorprendidos por
la noticia y, para muchos de ellos fue algo tan increíble, el haber convivido
con alguien así bajo su propio cielo. Confirmándose entonces de forma oficial
el sobrenombre del mentado sujeto, mediante ciertos detalles expuestos con
sobrada crudeza en el proceso, donde quedó señalado definitivamente como “El Carnicero
de Tzbinka”.
El otro era un
vecino, común y corriente, al que antes por aquí no se le conoció familia y,
dicen, que llegado de las sierras de Falcón durante la época de los inicios de
la compañía petrolera en esta región; estaba a cargo de los camiones cisterna
que repartían agua, en venta, por todas las barriadas y, en tiempos de la
dictadura se le vinculaba a la tristemente célebre SN —pero después, andaba hecho el pendejo, de bajo perfil como para que a la gente se le
olvidaran sus presuntas viejas tropelías—. Esa cuyos miembros la gente llamaba “esbirros”,
que cometían asesinatos, hurtos y robos de toda clase, de tierras y de ganado
entre el campesinado de por estos lares. Es más, se decía que los
"camiones cisterna" de su propiedad eran producto del dinero obtenido
en contubernio con aquellos, con quienes se aliaba en la comisión de los más
brutales desafueros; sin embargo a decir verdad, nunca se le vio participar
abiertamente en ellos y, ahora era un hombre de medios, en muchos casos
respetable, aunque para cuando llegó al pueblo no tenía ni donde caerse muerto.
Tampoco un trabajo conocido, afirmaba todo el mundo.
...Así que, como
venía diciendo, ya sea por lo de Andrómaca
con Felipe o, por lo de la conspiración de aquellos dos miembros de su
familia, lo cierto es que el Gran Circo Albacora desapareció un día de la de La Atascosa y de su gente; diez años después de haber aparecido por primera
vez en su vida. No obstante quedaría de éste no sólo su bella y alegre
impronta, la sonrisa entre los niños y, los gratos recuerdos, sino también en
ganancia la presencia de la noble y hermosa Andrómaca; formando familia con el entonces
respetable Sr. Felipe Gómez. Próspero ganadero de la zona, muy querido en el
pueblo, que habiendo recibido en
herencia una pequeña finca de parte de su padre, luego con gran esfuerzo y
trabajo honrado, supo hacerla crecer;
y, también prosperar.
Las gentes de
La Atascosa son personas humildes, pero sabias, de esas que saben perdonar
cuando alguien se lo merece, como fue el caso de la señora Andrómaca, entonces
de Gómez; a quien nunca se le reprochó nada por su origen, derivado precísamente
de lo sucedido con su padre y también con su hermano… Más bien, después de
aquello sería recibida con mucho más cariño y amor; llegando a ser hasta hoy,
una dama de muy alta estima no sólo en el pueblo, sino también en todo el
legendario Estado Guárico de nuestras querencias. Recuérdese las extraordinarias
faenas de "Greta La pandereta" —prácticamente su alter ego— junto al
gracioso Pirulo, en sus repetidas y exitosas actuaciones por todos los pueblos
del llano; una cosa inolvidable que vino a ser para ella, su más auténtica carta
de presentación. Que quedaría grabada en la conciencia de la gente como una
gratísima experiencia para todos por igual.
La incómoda situación con su padre, se
trató de una muy oscura cosa fácilmente tipificable —a decir de algún político extremista, en el legítimo
uso según éste, de su arsenal retaliativo; aunque, rayano en la más vulgar venganza— en
el renglón de lo que en los últimos años se ha dado en llamar, "traición a
la patria". Que al principio fueron simples rumores pero que con el tiempo
se comprobaría su veracidad, al incurrir en una grosera y desconsiderada acción
de complot en contra de la democracia y, de la misma gente del pueblo, cuya
abrumadora mayoría se expresó mediante el voto por aquel nuevo gobierno que se
habían dado; después de haber sufrido por tantos años una oprobiosa dictadura.
Una que fue militar pero que para entonces, se temía por algún tipo de aventura
comunista promovida desde la recientemente impuesta, en la nueva
"República Popular de Albacora" en el Caribe —de donde en última instancia, venía el circo en
cuestión y, no precísamente por su nombre; simplemente—, cuyo líder
principal se habría empeñado en exportarla a los demás países de la región especialmente
a aquellos que poseen recursos especiales, de interés económico; como el
llamativo botín, según su criterio, del petróleo venezolano. Moviendo aquel sus
tentáculos bajo los auspicios en las naciones afectadas, de grupos de
individuos cabeza caliente que, absorbidos por aquella manipulativa política de
engaños, se prestaban para semejante desgracia —como en nuestro caso, intentaban pescar en río
revuelto, después de lo que aquí acababa de pasar—; tratando de imponerla según su juicio, a
toda costa.
...Y bien; con ésto, hasta aquí llegamos por hoy. En la próxima tendrán el final de este capítulo. Chao, chao...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por participar en esta página.